Nada le produce más placer a un restaurador, que como de un detective se tratase poder estudiar las diferentes etapas por las que ha pasado una obra de arte. Documentar todos sus avatares a lo largo de la historia, analizar cronológicamente todas sus etapas constructivas y en muchos de los casos descifrar las causas que han producido los cambios en las policromías, bien sean por cambios de gusto estético o por heridas causadas que el tiempo mal a curado.
Así pues, cuando la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, contacta con nosotros para realizar el estudio de los revestimientos cromáticos de la iglesia de San Pedro de Sinués (Huesca), nos ponemos manos a la obra: observar, catear, estudiar, analizar, etc.; con un único fin, el de llegar a descubrir y entender los diferentes estratos, que configuran las pinturas murales y sus alteraciones. Este tipo de trabajo consiste en un examen estratigráfico del conjunto mural que se apoya sobre un estricto método científico. Estos datos son examinados por un equipo multidisciplinar formado con técnicos especialistas de distintas áreas. De esta manera, se obtienen resultados objetivos que permiten comprender y situar la obra en el contexto de la época y en la plenitud de sus aspectos. La recopilación de toda esta información nos permite emitir un juicio de valor sobre los restos que aparecen, tanto en lo que se refiere a sus características e importancia, como en la definición de una intervención restauradora sobre ellos.
De forma paralela se registran los parámetros medioambientales del interior de la iglesia para valorar las condiciones de conservación. Todos estos detalles marcan las claves para la actuación de restauración de la obra de arte, así como la metodología de trabajo en la conservación preventiva, que permite a medio y largo plazo la prevención del deterioro y el control de las amenazas, generalmente debidas a factores externos del entorno inmediato al bien cultural.